miércoles, noviembre 15, 2006

aprender

Aprendí con el tiempo, y con los "golpes". Sí, es cierto, no eran esas bofetadas reales de los periódicos ni las historias canallas de malos tratos, pero cada mentira, cada desplante, y cada una de tus falsas promesas me mantuvieron soterrada durante años. Me pusiste bajo tus pies como una muñeca rota y decidiste cuando y cómo podía recompenerme. Y ya ves, al final, después de todo, salí de mi propia tumba para gritarte que ya quiero hacerlo (vivir) sin ti. Cogí mi mochila, mis recuerdos y mi pasado para construir ese puzzle que pensé que te pertenecía y que hoy descubro siempre fue mío. Olvida todos los te quieros que te regalé y todos mis silencios; estaba tan ciega que podrías haberme quemado sin enterarme. Y no, la venda se fue sola. No hay terceros ni nuevos amantes. Sólo yo dispuesta a rendir culto a mi propia vida.

Directamente, que te den!

martes, noviembre 07, 2006

Remansos de paz

El dolor volvió a hacer esa mella idiota en mi cuerpo... Reaccioné después de una larga noche de llantos y de muchos abrazos en silencio y para mí misma. Quizás era lo que necesitaba para entender que el reencuentro jamás será posible porque tampoco existió antes. Círculos que se cierran a mi paso y que dejo rodar lejos de mi casa; una forma de airear desde dentro para terminar de una vez por todas con tanto pasado absurdo. Siempre creí sus palabras porque no podía entender que esa verdad que proclamaba frente a mis ojos fuera fruto de una mente cruel. Hoy... no lo tengo tan claro.

Y después de todo... hoy estoy más fuerte que nunca... Es como si en parte hubiera dejado atrás aquella sensación de lucha, que me agotaba por dentro. Lo ví claro, lo sentí claro y lo escuché tan alto como si yo misma pudiera gritarlo. Mi espacio por fin está en calma, y yo con él... Libros, silencio y una lluvia tranquila; es todo lo que veo y lo que quiero de momento. Sólo yo y los míos, sin busquedas absurdas....

Esta vez no seguimos caminando; sólo "caminamos"....

lunes, octubre 30, 2006

....

Conozco cada uno de los motivos por los que debería abandonar; los llevó tatuados en mi cuerpo. Sé qué fue lo que un día me llevó a la más cruel autodestrucción y entiendo a mi cabeza cuando grita y a ellos cuando aconsejan olvidar. Podría ponerlo todo en una balanza y obtener un resultado coherente; forma parte de la cordura que logré recuperar en este último tiempo. Estudiar la teoría es fácil..., pero ponerla en práctica requiere de un coraje que, desde luego, aún no tengo. Es una batalla campal, una tira y afloja que nace y se pelea desde dentro, sin estrategias. No puedo explicar las razones que todavía me impulsan a preservar sus recuerdos porque ni siquiera yo sé donde están. Sin embargo podría enumerar, casi en una lista interminable, los porqués del NO. Después de todo, ellos me trajeron hasta aquí. Y reconozco que me siento perdida y que mi mayor enemiga soy yo, y que quizás necesite años para volver a restaurar el equilibrio que perdí. Ni busco ni quiero culpables, pero tampoco jueces que me lleven al tercer grado por no lograrlo... (ese tú misma, me heló la sangre)

Y camineramos en línea recta hasta que se pare este dichoso corazón

miércoles, octubre 25, 2006

R.I.P

Maldigo sus promesas y su forma callada de inventarse te quieros. Maldigo sus mentiras y ese futuro del que hablaba como si también me perteneciera. Aquel todo se va as solucionar y eres la mujer de mi vida porque fue eso lo que me arrastró a la locura. Su sarcasmo absurdo y sus continúas clases de divinidad y saber estar que ni siquiera él entendía. Su prepotencia, que tamizaba con una falsa modestia, casi inaúdita. Su manera de hablar del amor y de la verdad porque jamás se molestó en sentirlo. Su elocuencia y su pose de hombre de mundo, y esa sabiduría que él creía encontrar en los libros que jamás había leído. Su deseo por otras y su inapetencia, casi continuada, hacía mí. Sus milagros y su manera de apartarme de la reallidad, y aquella forma de hablar medio educando, porque yo sólo era algo que había que limar...
Y me cuento y os cuento todo esto, porque después de tres meses en silencio, he vuelto a escuchar su voz al otro lado del teléfono y no quiero que vuelva a girar la noria

Descanse en paz. R.I.P

miércoles, octubre 18, 2006

...

Tener la sensación de estar en una continúa parada de tren es lo de menos cuando la soledad consigue quemarte por dentro. Podría hacer tantas cosas para evitar el derrumbre que a veces me reprendo a mí misma por todo lo que me estoy perdiendo. Sé que hay un mundo, quizás especial, ahí fuera, pero al final siempre opto por lo que sé es la salida más fácil: el milagro. El otro camino me resulta agotador; un desierto insalvable. He aprendido a ponerle caras a la vida (risas, juegos de palabras y alguna que otra mentira) para sortear la realidad, la misma que amenaza con mermar mi alma y convertirme en una inválida, al menos psicologicamente. Y lo peor de todo es que a pesar de ser consciente soy incapaz de ponerle rumbo. Y ya no sé si soy yo o el dolor acumulado durante todos estos años. Si dejé de ser lo que era por él o si él me enseñó a verme a mí misma. Si perdí lo que quise o lo que impusieron. Si gané o me dejé vencer...

lunes, octubre 16, 2006

... a solas

Y a veces siento que he dejado de quererte sin poder intuir cual fue el momento o la pieza clave que lo logró. Otras me desmayo del dolor que me produce tu ausencia. Y ya ves, mientras, a golpe de canción, intento controlar el presente y retar al futuro. Ese fue tu absurdo regalo; una lucha constante por sobrevivir. Jueguecitos de este destino que ya empieza a cabrearme. No sé cómo enfrentarme a él, y tampoco sé si quiero hacerlo. Simplemente, estoy harta.... Alguna buena nueva no estaría de más, pa variar, la verdad, porque me agota esta caída casi en picado... Demasiados sueños rotos y lágrimas que empiezan a convertirse en una rutina idota que me hace cada día más frágil. Y me preguntó si este será el final y la vida que me queda y me tocó. No acerté con los números, tampoco con los rezos a pesar de que no crea en ellos. Me quedé a solas, al fin, divagando... , implorando..., buscando.... ; y no sólo a ti.

lunes, octubre 02, 2006

Una charla conmigo misma

Cruzo el umbral ... No sé porqué pero aún soy capaz de sentir aquel tinteneo en el estómago que me producía el sonido de sus pies trasteando por el pasillo. Lo ignoro, como casi siempre y me evado, en parte, gracias a la rutina (lavadoras; comidas; trabajo; llamadas...). A veces, es cierto, la soledad consigue atraparme y entonces recuerdo y añoro y vuelvo a creer, aunque sólo sea por un instante, que no "puedo" hacerlo sin él. Pero a pesar del vacío continúo, sobre todo por los míos, y sigo retando al espejo cada mañana para poner la mejor de mis caras. Un ejercicio que he automatizado por completo y que ya ha dejado de doler. Perdí demasiado tiempo en la batalla y sé, que a pesar de mi nueva lucha, seguiré haciéndolo. No es fácil levantarse después de una tormenta ni volver a construir el puzzle; siempre falta una ficha o encuentras motivos para hacer que desaparezca. Admiro a aquellos que lo consiguieron; también a todos los que lo intentaron porque sé cómo es, cómo cuesta y cuanto se puede llegar a sufrir. Cada historia es diferente, es cierto; la mía tiene muchos matices y algún que otro obstáculo, empezando por mí y mi empeño por conservar lo irreal. Me esforzaba en ser lo que él quería y vivi (está ultima frase es del libro) "con la esperanza de que mañana será diferente".

Hablando de "Las mujeres que aman demasiado" (gracias, Seriak/gracias, Sentir), rescato aquí algunas párrafos que creí casi míos...

"... gastamos mucho tiempo y energías tratando de ideas nuevos enfoques que podrían funcionar mejor de los que ya hemos probado" (para satisfacerle)

"... vemos cada matiz de conducta como algo que quizás indique que nuestra pareja finalmente está cambiando"

"... y seguimos soñando"

"... no pedía nada salvo que pasara el tiempo conmigo" (no más tiempo)

"... su vida empezó a girar alrededor de ese tiempo que pasaban juntos"

"Anuló casi todas sus actividades sociales porque sólo le importa estar con él cuando podía y pensar en él cuando no podía verlo. Quería estar disponible para él en el caso de que hubiera una hora extra aquí o allí que pudieran pasar juntos".. "Cuando no estaba con él ideaba nuevas formas de encantarlo"... "Sentía la excitación de la victoria en cada encuentro con él..."

A veces pienso, que esta mujer, Robin Norwood, me conoció en otra vida... Y lo malo, la verdad, es que no soy la única.

lunes, septiembre 25, 2006

...

Se acabaron los círculos viciosos y las flagelaciones gratuitas, los llantos a media noche y las mentiras bañadas con sal. Terminó el peor de mis capítulos... y sólo espero que él haya decidido dejarme vivir

Hay sueños absurdos que se construyen a raiz de un simple golpe de voz; hay otros que se injertan bajo la piel a través de las palabras. Mi error fue creerlos todos y a un tiempo, y fabricar mi propia maquina de clonación. Es lo único que me ayudaba a dormir. Hilar mi historia, como si fuera una película y diseñar el final feliz, una recreación a pequeña escala de los cuentos infantiles, que todo sea dicho han creado una generación de monstruos.
Y me he prometido a mí misma que no voy a insistir, que voy a dejar elegir a quien tenga que hacerlo (el tiempo, la vida, tú), que voy a evitar usar el "acoso y derribo" que me caracteriza y que permitiré que sean otros los que pongan las baldosas en mi camino. Casi dos meses en silencio, más de 5 mails lanzados al aire y decenas de mensajes disparados a móviles que aún desconozco. Mucho amor, muchas ganas... y seguimos esperando. El día que me canse dejaré de estar viva... Y leo los capítulos de ese libro (Las mujeres que aman demasido) y me recozco en algunas frases y me encojo y en parte me río... de lo imbecil que fui. ¿Necesitaba todo esto para verlo?

miércoles, septiembre 20, 2006

recuerdos

Nunca me gustaron los recuerdos... Algunos son capaces de paralizarte; otros, directamente, te "matan".

Mantuve su olor y la presencia de su cuerpo sobre mi cama durante años. Me negué a tirar su ropa, sus libros y aquellas revistas extrañas que sacaba de los contenedores de basura y que amontaba en una de las baldas de la estantería como si fueran auténticos objetos de colección. Conservé sus botes de pintura, sus lienzos, sus pinceles, sus puros... y hasta cartas con remitentes desconocidos que nunca llegué a abrir. Un mausoleo brutal que yo utilizaba para reafirmar sus promesas y su esperado regreso a casa. Supongo (sé) que aún le seguía queriendo. Me niego a hablar en presente porque esta es la historia que quiero contarles a todos y que debo contarme a mí misma. Sus huellas siguen, es cierto, sobre las paredes de mi casa, pero mi gesto al verlas ya no es el mismo. Así de simple...
... supongo

lunes, septiembre 18, 2006

...

Te he esperado durante tanto tiempo que me resulta imposible hacer un simple cálculo mental; creo que tendría que ir apuntando los días en una carpeta y rellenar demasiados calendarios vacíos. Te necesité también otras muchas; cuando todo se hacía tan dificil que hasta el aire me quemaba la garganta o cuando el peso de tus fantasmas se convertía en una amenaza real e insalvable. Tampoco te tuve a mi lado en aquel accidente ni en las malas noticias que llegaron y siguen llegando desde otros frentes. Nunca supiste ni quisiste ser compañero. Tú sólo te dejabas caer por aquí como si yo fuera el ama de llaves de tu casa. Esa que "construimos" juntos, y que hoy, aún con tus recuerdos, está vacía de ti. Y no me hables de amor ni de sueños marcados a golpe de hierro, y no utilices su nombre para hablar de ese futuro que, creéme, ya no deseo. Y olvida quererme, si es que algún día lo hiciste, porque me cansé de tus silencios y de tus contrastes, y de esa forma de vivir que no entiendes..., que nadie entiende. No pretendo buscar respuestas. Dejaron de interesarme cuando comprendí que la verdad entre nosotros sólo fue tuya. A mí y a cambio me permitiste llorar y reir a ratos como si fuera un débil muñeco de budú. Siempre "a tu antojo".... Me olvidé de mí en un necio intento por recuperarte sin intuir que no existió nunca nada que rescatar del pasado y me doblegué a ti y a tus maneras cada vez que cruzabas la puerta, esta puerta. Y reprendí a mi familia y a mis amigos y jugué a saberlo todo, como tú, porque eso es lo que me habías enseñado. Ya ves, fui una imbecil...
... pero yo ya he girado mi ruleta y esta vez decidí saltarte.

que te vaya bonito, A.

viernes, septiembre 08, 2006

...como una oración

Sentirme viva y empezar de cero; retomar mi mundo o construir uno diferente...Olvidar cada día que hubo un nosotros y mirarme al espejo, sin reconocer los cuadros que cuelgan detrás de la imagen porque también eran parte de él. Y aprender de esa soledad maldita y de los jodidos recuerdos. Y seguir caminando, que es lo único que vale y que quiero. Y dejar las preguntas porque siguen siendo todas pura retórica. Y contar sus defectos en alto para oirlos bien e interiorizarlos; escucharme aunque duela y aunque siga negando parte de esa historia que conozco como si fuera la palma de su mano. La he repetido tantas veces... La historia..., esa que cada vez suena menos dura porque está más lejos, porque el tiempo, como a todo, ha logrado ponerle almohadas y porque descubro, en cada uno de mis viajes, que hubo un antes y un después y que estoy deseando regresar, como sea, al primero, donde no existía él ni el dolor ni la rabia ni las ausencias. Reencarme, sí, en un yo futuro que aún desconozco y darme, esta vez, una oportunidad...

lunes, septiembre 04, 2006

...

Le amé con esas letras mayúsculas que sólo se usan una vez. y aún no entiendo porqué no he sido capaz de odiarle con la misma intensidad o porqué conservo el amuleto que un día creí terminaría uniéndonos. "Sólo un paso más y podrás odiarle, cabrearte, dejar de sonreir a su vuelta y comprender que fue, es y seguirá siendo todo una mentira repleta de cobardes." ¿No lo ves? Dios Mío, Aún no lo ves; y miro hacia dentro y me escondo porque todos me señalan, incluida mi pequeña parte racional, y veo sus risas, sus golpes, y esa mirada triste de los que presagian el desastre. Y yo seguía confiando, tal y como él me había pedido...; esperando la realidad de las promesas susurradas en mitad de la noche; implorando. una vez más, como una niña pequeña que acababa de perder lo que más quería... Y seguía apareciendo en mis sueños. A veces, incluso, para poder dormir, lo utilizaba como hilo conductor de una historia inventanda; el resto lo hacía mi subconsciente y ya véis siempre terminaba volviendo a casa... Aún no he aprendido a vivir con eso: aquel ir y venir dichoso, su forma de estar sin estar y ese cascabeleo constante de te quieros.... aunque quizás, sí, conseguí malvivir, que la verdad no es poco...

lunes, julio 10, 2006

Mi refugio

"Me gustaría tener una pasión; una pasión que lograra dominarme y que aplacara mi desanimo a la vuelta del día; una pasión que fuera más allá de mis manos y de mis propios deseos...."

Todo el mundo tiene pasiones que alimentan su circulo vital. Funcionan como una especie de bálsamo en medio del caos, un lugar y un momento al que aferrarse a uno mismo, sin sombras, sin terceros y sin preguntas. Busqué mi propia pasión durante años: un baile, un dibujo, un libro... , pero nunca hallé nada que lograra calmar mi espacio; quizás era demasiado grande o tal vez me negaba a zafarme de lo poco que aún me quedaba de él. Tengo la sensación de haber estado casi media vida esperando bajo una vieja estación de tren. He visto tantos vagones pasar delante de mis ojos que hoy me resultaría imposible enumerarlos o pintarlos de un color. Sólo recuerdo la sensación de ausencia, de pérdida constante, un vacío que se acumulaba en la boca del estómago y que, casi siempre, me impedía comer. Supongo que hay personas que están más preparadas y logran asumir sus vacíos como parte de la vida que les queda o les tocó vivir. Quizás, es una simple cuestión de valentía, pero a mí cada embite me hacía más débil y mucho menos real. Observaba, en cada golpe, las fracturas que iba dejando sobre mi cuerpo: arrugas, dobleces que aparecían de repente, y constantes dolores de cabeza que no conseguía paliar con ninguna de las medicinas. Por supuesto, me decía a veces, el dolor está dentro de ti. Me refugié en el alcohol tantas veces como pude, después en el yoga, en la meditación o en la lectura. Todo por nada o para nada porque siempre acababa en el mismo sitio de siempre; la maldita parada de tren y sus interminables esperas. A él le esperé siempre como si algún día fuera a ocurrir el milagro. Me empañaba en tapar sus deslices y su falta de atención con te quieros que me dedicaba una vez a la semana; siempre cuando a él le venía bien. Una forma cruel, sé ahora, de negar la más claras de las evidencias. Ignoré los consejos de los expertos, de los amigos e incluso aquel que solía gritarme, a veces en silencio, mi propia familia. Intenté acabar con todo una vez, sí es cierto. No fue un juego ni una manera infantil de llamar la atención. Sin él, para mí, la vida había terminado, así de rotundo y así de vulgar. Fue mi maldito centro del universo, y me odié mil veces por sentirlo y por desearlo de esa manera; también a él... por sus palabras calladas. Las odiaba. No te digo nada, hijita, y colgaba el teléfono mientras yo suspiraba por un futuro que, pese a todo, creía posible. Vil engañabobos. Hubiese puesto la mano en el fuego por él, sin saber que me hubiera achicharrado por completo. Resquejabrada y con el alma mutilida decidí muchas veces encaminar mi vida; empezar de nuevo, olvidar y construir algo diferente. Me reía de los científicos y de esas estúpidas cábalas que hacían sobre la duración del amor. Ni el más listo le daba más de tres años. Yo llevaba cuatro y seguía exactamente igual: implorando el regreso. Me perdí en el tiempo y deseché todas las oportunidades que se cruzaban en mi camino. Yo sí puedo hablarles de cuentos de príncipes y princesas con final feliz. Me los sabía todos y en todos estábamos él y yo, con su ranita, su jardín y sus niños; un calendario repleto de meses que nunca llegaban a cumplirse. Y la espera seguía siendo espera y las promesas sólo se quedaban en eso... palabras. Y dentro de mí, en lo único honesto que quedaba en mi mente, sabía que volvería a fallarme y que regresaría la pena, la rabia y la ingratitud hacía mi
misma por los años perdidos (una y otra vez); espiral sin salida que alimentaba con mis propias fantasias. Cuanto le quise, y por dios, que no se me enfade nadie, cuanto le sigo queriendo. Creo que aún hoy, medio viva y medio muerta, accedería a quemarme en la hogera por un sólo minuto de gloria. Alma de deportista o de imbécil que diría mi abuela, pisoteando hasta el más alto grado de su fe. Fue también a su dios a quien rece muchas veces por una oportunidad, una salida o un nuevo enganche. Y a él, a mi abuelo, para que me diera todas las fuerzas posibles para seguir aguantando la tormenta que el hombre del tiempo, y en la 2, llamaba calma... pero que aquí, desde mi mundo, veía casi como un sunami. Una especie de poniente loco y desalmado que atravesaba mi cuerpo como si fuera el centro de una diana de dardos. Siempre tuve desde pequeña cierta tendencia a la obsesión... me aferraba a algo como si aquello pudiera cambiarlo todo; una amiga, un encuentro casual... En definitiva, una manera de silenciar el miedo;mi miedo a vivir.

Y ni siquiera sé porqué he vuelto a abrir este blog... Supongo, la verdad, que es/sois y será/seréis siempre mi pequeño refugio

sábado, febrero 18, 2006

De vuelta....

De vuelta para contar, para reír y para intentar desterrar todo aquello que me hizo y me hace daño. Una forma de sobrevivir después de un "duro" accidente de tráfico. Tuve suerte; hoy lo cuento. Y quizás, por eso, más que nunca, le damos un giro a la ruleta y esta vez la ponemos de nuestro lado; también del vuestro…

¿Seguimos?