martes, enero 30, 2007

... en silencio

Intento reconciliarme con el mundo, el mismo que me trajo a él como regalo y que quiso arrebatármelo de aquella manera que aún no entiendo. Intento empezar de nuevo sin sombras pero con demasiadas cadenas en los pies. Un paso es un milagro; las carreras ni siquiera existen. Analizo, objetivizo y tomo tantas distancias como puedo, simplemente para seguir. El otro día alguien me preguntó si le echaba de menos; no tuve que pensarlo: "muchísimo". Y entendí que lo haría el resto de mi vida porque es lo que me tocó en suerte o lo que eligieron para mí. No me quejo porque es parte de lo que fui y de lo que soy (lo de para bien o para mal lo dejo para otro día). Y al fin, me siento conmigo mismo, junto a sus recuerdos, y lloro en silencio, en susurros, para que no se entere nadie (eso no).

Él otro día llamó, pero yo ya no estaba...

miércoles, enero 10, 2007

... siempre hubo cosas más importantes

Y le ví, sentado en aquel sofá, con los ojos achinados por la quimioterapia y una hermosa sonrisa que parecía decirme "tranquila, estoy bien, todo pasará". Y le abrazé despacio, con la calma de los que temen hacer daño, y le acaricié esa renovada cabeza que cubre ahora con los gorros que le regalan sus amigos y sentí que hay personas extraordinarias, como él, con una fuerza interior incalculable, capaz no sólo de seguir sino de hacernos seguir a los demás. Y me sentí orgullosa de los míos, por el coraje y la grandeza de las palabras y los te quieros que no se cuentan porque sólo hace falta palpar el aire.


PD: Eres tú el que nos mantienes en pie cada vez que sales de una de esas dichosas sesiones; tú el que consigue atrapar nuestras risas cuando ironizas sobre tu aspecto; tú el que logra que recemos sin rezar y el que sabe como secar las lágrimas antes de que aparezcan. Creo que ya te lo he dicho antes, pero déjame repetírtelo, aquí, en bajito, donde nadie lo escucha, eres la hostia...