jueves, abril 28, 2005

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A veces sientes que las palabras se agotan.... que desearías escupir de alguna manera todo lo que llevas dentro... Contarle y contarte a ti misma cómo, porqué y cuándo. Pero siempre gana la partida el silencio porque las palabras ya no valen ni pueden expresar este dolor. Me gustaría cogerle del brazo y suplicarle... suplicarle hasta quedar rendida que no se marche, que no se aleje del “nosotros”, y que vuelva a hacerme esa promesa.
¿Veis? Sus palabras siempre terminan “afectándome”.

Odio todo esto.... Vuelvo a sentirme perdida... completamente perdida...

1 comentario:

Anónimo dijo...

eso es porque te dejaste llevar con los ojos vendados...