lunes, septiembre 05, 2005

Marionetas

Volvía de casa de R. con el corazón enlazado... y su llamada, después de más de un mes de silencio, volvió a colocarme justo al borde del precipicio. Sentí el calor, las nauseas, el mareo... y de nuevo esa sensación maldita de amarle más de lo necesario y más también de lo justo.Tendría que haberle mandado al infierno, pero mi voz no siguió mis pasos y a través del hilo del teléfono se escapó un te quiero inmenso y rotundo que me recordó que aún... sigo estando en sus manos...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Está claro que no sabías lo que decias. Cuidate

Anónimo dijo...

Nsé q dcirte..., aunq sé q lo entiendo perfectamente...
Simplemente q en el caso d R., sigas tu corazón..., y en caso d A...., más bien la cabeza mi niña... De lo contrario iremos para atrás en vez d avanzar...

Un besote d los grandes.

Jefe dijo...

Mal rollo...